Todo en su sitio

Pablo Twose Valls, Barcelona





Un día cualquiera de 1980, un arquitecto británico está sentado en la taza del váter sin pensar en nada en particular mientras mira las puertas del armario que tiene enfrente. Por simple aburrimiento se pone a recordar lo que debe haber detrás sus puertas: Rollos de papel higiénico, pastillas de jabón, toallas, artículos de limpieza de zapaos, cestas de picnic, tarros de mermelada, una máquina de coser, y muchas más cosas…

-Que invento más maravilloso es la puerta de armario - piensa en ese momento el arquitecto, Peter Smithson .(1)

Imaginemos por un momento un mundo sin puertas de armarios, sería un mundo sin intimidad, donde todo sería mostrado, ante esta evidencia Peter Simithson escribe un bonito texto titulado “En alabanza de las puertas de los armarios

Podríamos decir que en el armario habita el germen del orden que protege toda la casa de un desorden sin límites (2)

Esa lucha contra el desorden, o contra la segunda ley de la termodinámica, lleva a Peter Smithson a proyectar una casa imaginaria donde el espacio disponible de la vivienda esté libre de los objetos que la acechan. Libre de los objetos que se usaron en un tiempo y ya no se usan: cunas, cochecitos, sillitas infantiles para el coche, remos, piraguas, patines, pero libre también de los objetos cotidianos, y de aquellos necesarios para mantener la casa, como los electrodomésticos, las herramientas, etc....

La casa imaginada, y bautizada como Put-Away villa, se organiza en torno a un espacio interior destinado a almacenar objetos de grandes dimensiones, conectado al mismo tiempo directamente con el exterior y al resto de las habitaciones de la casa.

Los espacios habitables quedan así despejados, en una época de superabundancia sería maravilloso que las casas estuvieran así vacías (3)



Pero hay algo en esta casa que me inquieta.

Antes de que la arquitectura moderna desterrara de las casas desvanes y sótanos, esos lugares, separados a una prudente distancia de la casa y cerrados bajo llave, guardaban los trastos útiles e inútiles de la casa, pero además cobijaban el misterio de la memoria y de la imaginación.

Aquí sin embargo todo está en el centro, a la vista de todos, a tocar de todos. Como una gran jaula que la casa custodia en su interior. ¿No parece algo temerario tener una jaula en el salón?

Se encierra a las bestia que no se pueden domar, pero aún enjauladas las fieras siguen siendo fieras.

“el armario está lleno del tumulto mudo de los recuerdos” (4)

Abran con cuidado los armarios, éstos una vez abiertos dejan de ser mudos.





Imágenes:
-Axonometría de la planta baja con mobiliario. Dibujo de Ana Iglesias
- Planta baja y planta primera de la casa Put-Away
- Fotomontajes del interior de la casa Put-Away con los armarios cerrados y abiertos.



Referencias:
1) SMITHSON, PETER, En alabanza de las puertas de los armarios (In praise of cupoard Doors) publicado originalmente en la revista ILA & UD Annual Report en 1980.
2) BACHELARD, GASTON. La poética del espacio
3) SMITHSON, PETER, Respuesta al exceso, octubre de 199 y marzo/abril de 2000 (notas del Archivo de los Smithson) publicado en Alison y Peter Smithson De la casa del futuro a la casa de hoy. Dirk Van Den Heuvel y Max Risselada
4) MILOSZ, CZESLAW, citado por Gaston Bachelard en su poética del espacio.

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